En 2022 asistimos a una expansión del trabajo híbrido, no como una moda pasajera, sino como una realidad consolidada. El trabajo híbrido se creó como respuesta a la pandemia y ha mostrado claros beneficios a la hora de retener empleados y atraer talento. Además, las cifras de productividad obtenidas en 2022 son reconfortantes. Así, para seguir siendo competitivas en 2023, las empresas deberán asegurar la flexibilidad y dotar de mayor estructura al modelo organizativo, revisando la asignación de espacios físicos, identificando las métricas adecuadas a la nueva configuración y resolviendo problemas como el Proximity bias. Las reuniones importantes, por ejemplo, deberán llevarse a cabo en un modo completamente híbrido para permitir que todos participen, donde sea que estén. También será necesario redefinir la cultura de la empresa.
Si el 2022 trajo consigo una nueva forma de afrontar el trabajo presencial, podemos decir que, en el 2023, el teletrabajo o trabajo a distancia será un “must” para muchas personas a la hora de formar parte de una organización.
Según las encuestas, el número de vacantes que ofrecen teletrabajo se ha duplicado de 2021 a 2022 -y es diez veces mayor que hace apenas dos años-. Además, estudios recientes en los Estados Unidos muestran que dos tercios de los trabajadores considerarían buscar un nuevo trabajo si se vieran obligados a regresar a la oficina a tiempo completo.
La razón es que trabajar de forma remota nos ha brindado la flexibilidad y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal que tanto deseábamos. Ya no es un beneficio social ni una forma de atraer talento… Hoy, el teletrabajo es un requisito o un derecho adquirido colectivamente por los trabajadores.